En esos momentos en los que tu vida se encoje, en los que el corazón aprieta fuerte tus entrañas y empiezas a sentirte diminut@, tan solo necesitas un abrazo. Necesitas sentir la protección de otra persona, de alguien que te apriete fuerte y te muestre con su mirada que no sucede nada, que pase lo que pase siempre tendrás a esa persona con la que refugiarte aunque solo sea un minuto, aunque solo sea un segundo.
Es en esos momentos cuando todo se transforma, ya nada importa, no hay nadie a tu alrededor, ya no hace frio ni calor…
Tú solo sientes sus brazos agarrándote fuerte, sujetándote para que no te caigas, transmitiéndote energía para que continúes tu lucha diaria.
No hay nada más importante que un abrazo que se da con todos los sentidos, en los que premia el silencio para poder escuchar el suave latido del corazón ajeno.
El poder de un abrazo de corazón abierto es simplemente infinito.
Abrázame cuando me necesites o mejor cuando me veas, me harás sentir mejor, te haré sentir mejor.
Curiosamente, conocí ese poder en todo su sentido a los 41 años.
Alguien muy especial y mi sobrina de 13 años se encargaron de ello 🙂
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Seguro que fue un momento inolvidable amigo Juan 🙂
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fueron fueron … como dice la letra de una de las canciones de La Oreja de Van Goh: «el recuerdo de un abrazo, que aún me hace tiritar…»
Abrazos 🙂
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Ooohhhhh
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La verdad Luís que no sé porque nos cuesta tanto abrazar en lo beneficioso que es deberíamos practicarlo más a menudo. Gracias por pasarte por mi blog y comentar. Abrazos!!!
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Cierto Celia, muy cierto. Gracias por hacernos reflexionar sobre la importancia de un abrazo …
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