¿Alguna vez has sentido algo tan grande que no has encontrado palabras para expresarlo? ¿Alguna vez te ha invadido por todo tu cuerpo una sensación de plenitud inmensa? Sentir es más importante que pensar, pensar con la mente es dejar de sentir con el corazón. Convertir el pensamiento en sensación es armonizarte en una única dirección.
La vida te sorprende de la noche a la mañana y aparece algo o alguien que NO rompe tus esquemas sino que los pone en orden, que conecta con lo más profundo de tu SER para ayudarte a mejorar, para empujarte a viajar hacia dentro, para hacerlo, en definitiva, todo más bello. Te permite mostrar lo que nunca muestras, tu esencia, dejarte llevar a dónde a veces no llegas; acompañarte, guiarte y desarrollarte profundamente. Te permite iluminar tus momentos oscuros, dejar que resplandezcan, que se evaporen, que desaparezcan. Te permite ser TÚ, sin miedo al mañana, sin miedo a amar, sin miedo a confiar y amarte.
Percepciones, sensaciones e intuiciones se transforman en hechos reales, solo importa el aquí y el ahora, esos instantes que sigues sin poder explicar, ya que solo los puedes sentir, solo los puedes vivir, solo los quieres compartir. Sentirte emocionalmente pleno es una fuerza inmensa que te convierte en alguien único, las emociones traspasan tu piel, se instalan en tu interior y te hacen vibrar al son de la VIDA.
Es en esos momentos en los que te dejas SER, y sientes el regalo tan grande que te ha traído la VIDA; obtienes lo que estabas buscando, lo que estabas soñando, lo que estabas emitiendo… o quizás lo que siempre ha estado a tu lado para ayudarte a crecer.
Y al final todo es simple y a la vez es PERFECTO, porque tu mente se silencia para dejar paso al sentir de tu corazón.
«Los ojos están ciegos, es necesario buscar con el corazón»
El Principito
Foto: Frank Murray
Celia Domínguez 
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