Diario de una mujer valiente

Hoy no te has rendido al dolor, ni has dado crédito al ladrón que cada noche pretende robarte la esperanza.

La anestesia ha hecho su efecto durante un largo tiempo, te ha ayudado a cruzar por esa calzada quebrada y a aguantar con paso, más o menos firme, los baches que tu inestable autoestima te marcaba. Mas hoy no has puesto en duda tu fortaleza, ni has subestimado tu poder interior. Hoy has sabido brillar, y has dejado pasar como un rayo efímero y fugaz la voz de la desconfianza que, a veces, aún, sin tú quererlo, te ataca.

El día merece que le sonrías, porque a pesar de tus idas y venidas, él cada mañana se encarga de recordarte que sigues viva. Que el sufrimiento no es el mejor remedio, por mucho que estés abatida. Que las lágrimas nacen y mueren en el mismo instante, demostrándote que eres irremediablemente humana. Hoy has sabido vencer, mujer, a los demonios escondidos en tu cabeza, y a los pájaros que buscando su nido, te merodean.

118HNo estás sola, estamos todas. No todas tenemos la misma valentía. Ni todas valemos para vivir tu vida, subirnos a tus infinitos tacones y ver el mundo desde otra perspectiva.

Estamos todas y así sentimos que no estamos solas. Pues la valentía se construye a base de limar durezas y aceptar asperezas. Y tú, hoy, pese al dolor existente, has logrado ser una auténtica mujer valiente.

Valiente por ser consciente de cómo eres, de qué es lo que quieres o quizá ya, de un modo u otro, desquieres.

Hoy has demostrado ser fuerte, porque al fin, no te has rendido a ti.

Photo credit: Ryan McGuire